Cuando subo la última parte de la montaña, lo que más me gusta y me intriga es la vista que me voy a encontrar en lo más alto, como la cima nevada, que da un toque muy bonito y lleno de tranquilidad.
No importa que en el Valle haya sombra, si en la montaña brilla el sol.
Las montañas me ayudan a despertar los sueños dormidos, me ayudan a coger fuerzas, respirando ese aire puro y vivo y me ayudan a sentir paz, tranquilidad y sobre todo me ayudan a coger vida y energía para renovar mis pensamientos, mis actuaciones y mis decisiones.
Cuando estoy cerca de un río me encanta escuchar como baja el agua, viendo como fluye y viendo como las corrientes se llevan las ramas y todo lo que se cruce en su camino.
A mí también me gusta estar delante de un río para escuchar correr muy suavemente el agua, para que mis pensamientos negativos hagan como las ramas, que se los lleve la corriente.
También digo que un río es como un nuevo camino que hay que cruzar, si no le cruzamos no llegamos a ningún sitio. Hay que estar dispuestos a explorar, a observar, a aprender cosas nuevas y eso se hace cruzando el río al otro lado.
Cuando en lo más alto de una montaña hay un amigo, es más fácil subir.
Cuando llegas a la cima es una gran satisfacción, por lo que has conseguido. Por eso pongo estas dos fotos con la cima de la montaña nevada, porque es una vista preciosa, y porque es como yo me siento cuando me he propuesto algo y llego a lo más alto, pues ver ese paisaje tan bonito es como demostrarles a mis amigos mi propia satisfacción y alegría de haberlo conseguido. Así de bonita me siento por dentro y es cuando quiero expresarlo por fuera.
Esta entrada es muy especial para mí, por eso quiero dedicársela a cinco personas muy especiales para mi, esas personas son cuatro de mis buenas y mejores amigas, la quinta persona lo llegará a ser, pero hoy también quiero dedicársela porque es su cumpleaños.
Hoy esta entrada va dedicada exclusivamente a Gema, Martina, Cris, Victoria y ... (la quinta persona no digo su nombre por el respeto hacia ella) pero ella perfectamente sabe quien es.
Cultivo una rosa blanca en verano como en invierno, más las amigas que más quiero son las que me animan con cariño sincero.
En un momento inesperado os conocí, después de tanto esperar ese verdadero amigo os encontré, sin dudar en algún momento os auxilié, queriendo vuestra felicidad os alenté.
Si en algún momento os fallé os pido perdón.
Pero quiero que sepáis que os quiero un montón. Sois mis mejores amigas y nada ni nadie lo cambiará. Un mejor amigo es difícil de encontrar y es buena suerte tener uno, pues yo tengo cinco.
Sabéis que podéis contar conmigo y nunca os fallaré. Os quiero por lo que sois, unas amigas muy especiales.
