Una tarde preciosa en estas playas del Mediterráneo, disfrutando del olor a salitre, del sonido del agua cuando se forman olas, viendo sus bonitos colores azules, viendo su bonita espuma, notando paz, tranquilidad, pisando la arena y a veces hundiéndote en ella,
viendo como cambia el cielo de color azul, a rosa, paseando por la orilla del mar, cogiendo bonitas fotos y pasando por distintas playas como La Barceloneta, San Sebastián y San Miguel, que se encuentran en Barcelona.
Yo vivo en Cantabria que es una Comunidad Autónoma llena de Mar, a cada cual más bonito.
No podía estar en Barcelona y no ir a ver el Mediterráneo y sus bonitas playas.
Yo no podría vivir en un sitio sin Mar, me costaría mucho acostumbrarme, porque necesito ver el Mar, sentirlo cerca, disfrutarlo viéndolo y fotografiarlo, porque el es vida, es luz, es brillo, es cálido, es sentimiento, es emociones, fuerza y energía.
Donde hay mar, hay vida.
Para mí es un sitio dónde me relaja mucho, me deja pensar, puedo razonar y tomar decisiones.
El mar me trae muchos recuerdos, mucha emoción, mucha nostalgia, es muy especial para mí y en él se reflejan muchas cosas.
Me encanta ver un día soleado viendo el mar, porque el agua es tan cristalina que se reflejan los rayos del sol en él y le dan un brillo impresionante a mi querido mar. Podría pasarme horas mirándolo.
Quiero el mar, me gusta el mar, necesito el mar.
Joan Manuel Serrat tiene una canción que se titula "Nací en el Mediterráneo", pues yo tengo mi propia versión y es que "Yo nací en el Cantábrico" y bien orgullosa que estoy de ello.
Viva Cantabria, Viva el Cantábrico, Viva Barcelona y Viva el Mediterráneo, porque aunque estoy a 700 km, me siento muy cerca porque lo siento en mi alma y en mi corazón.